LUCÍA Y EL SAXO - Capítulo 11

Lucía estaba en casa de Anita estudiando las nuevas obras que la Orquesta del Conservatorio ensayaba en la últimas semanas, cuando de repente le llama la atención una música muy conocida para ella. Procedía de una televisión que había encendida en algún lugar de la casa. Se acercaron y vieron que se trataba de un pianista muy joven, casi de su edad, que estaba tocando el piano maravillosamente bien. Estaban dando una noticia relacionada con él. Al parecer nadie sabía verdaderamente quién era aquel chico. Le habían encontrado inconsciente en una playa y cuando volvió en sí había perdido completamente la memoria. Ni él mismo sabía quien era. Solamente podía recordar una cosa: que le gustaba mucho tocar el piano y que la pieza que más le gustaba tocar era precisamente el Concierto de Aranjuez. Lucía se acercó a la televisión para ver mejor la cara de ese joven. Efectivamente, era él. No había ninguna duda. Lucía reunió a todo el grupo y les contó esta extraña historia... Todos quisieron ir con ella ya que tenían muchas ganas de hacer un viaje para despejarse un poco de los exámenes, sobre todo Anita, que los había aprobado todos con las más altas calificaciones. Cuando llegaron al hospital, Lucía pidió permiso para tocar una pieza con su saxofón delante del chico. Conforme con la idea que llevaba entre manos, llevaron al paciente al salón de actos de aquel hospital. Lucía comenzó a tocar EL CONCIERTO DE ARANJUEZ. No podéis imaginaros la cara que puso el joven cuando empezó a tocar. Inmediatamente se levantó, se acercó al piano que había en el mismo salón y empezó a tocar él también. En ese preciso momento empezó a recordar hasta el último detalle. Y enseguida se acordó de su amiga Lucía. Se conocieron hace ya muchos años en uno de los conciertos que se celebran al aire libre como ya vimos en el Capítulo 3. Habían tocado tantas veces juntos el Concierto de Aranjuez que lo incluyó en su repertorio desde aquel momento. Cuando terminaron de tocar, el joven abrazó a Lucía y le dio las gracias por haberlo curado. Lucía le invitó a que visitara otra vez la ciudad y le dijo que podría tocar con la orquesta en el próximo concierto. El joven aceptó de muy buen grado y convinieron que cuando solucionara todo lo que le había ocurrido en los últimos días haría todo lo posible para estar allí antes del 11 de Junio: “¡Ah, y no te olvides de darle recuerdos a mi amigo Antonio Matías, que me acuerdo mucho de él y que pronto voy a volver a verle, ¿vale?”.