LUCÍA Y EL SAXO - Capítulo 12

Lucía quería tocar en una gala benéfica destinada a los niños del Tercer Mundo: “¡Uy, qué bien! Así podremos tocar LA PÍCARA JARDINERA...” / “Pero Encarni, ¿Cuántas veces te voy a decir que no es la PÍCARA JARDINERA, ni la PÍCARA COCINERA...? Que es: LA PÍCARA MOLINERA” / “¡Es que me confundo! Voy a tener que escribirlo por lo menos mil veces para que no se me olvide: LA PÍCARA MARINERA, LA PÍCARA MARINE... ¡Uy, lo ves! Ya me he confundido otra vez.” / ”Y digo yo, además de tocar todas juntas podríamos tocar también dúos, tríos, cuartetos...“ / “Pero es que a mí me da mucha vergüenza eso de tocar sola, María... ¿No puede ser todas en grupo?” / “Encarni, tienes que tener más confianza en ti misma. Tú vente a ensayar con nosotras que ya verás como todo va a salir muy bien. Y si en alguna ocasión te equivocas, no pasa nada. Tú siempre hacia adelante...” / Ese mismo día se pusieron de acuerdo y comenzaron a organizar los ensayos de la Gala. Pero Encarni creía que no iba a estar preparada lo suficiente para tocar de aquella manera. El caso es que en los primeros días siempre había algo que le impedía ir a los ensayos. El primer día estuvo enferma, el segundo se quedó durmiendo, el tercero se le paró el reloj, el cuarto tenía que quedarse cuidando a su hermana, el quinto se le había perdido la partitura, el sexto tenía que estudiar para un examen, el séptimo se le había olvidado el ensayo, el octavo... cosas de mujeres y el noveno se le había hecho tarde... Hasta que al décimo se le ocurrió decir: “¡Pero es que no veo!” / “Pero Encarni, ¿Cómo no vas a ver?” / “Es que me he levantado esta mañana y no veo ni tres montados en un burro.” / Lucía llamó preocupada a sus amigas y a los pocos instantes se presentaron en su casa: ”¿A que no adivinas quién soy yo?“ / “¿Pero cómo voy a saberlo si no te veo, Lucía?” / ”Pero si yo soy María“ / “¡Uy, perdona! Pero es que como no te veo... Tú debes ser Ana Gema. No. Tú debes ser Lola. ¿O eres tú por casualidad Esperanza...?” / “Pues no, que yo soy Lucía. Vamos a ver, ¿A mí me parece que tú no me dijiste antes por teléfono que también estabas sorda, verdad?” / “¡Vaya, ya me habéis pillado...!” / ”Encarni, tú no te preocupes. Tú, conmigo. Que vamos a tocar tú y yo un dúo para flauta y oboe que vamos a dejar al público alucinado.“ / “Venga vale. Con tal de tocar contigo, María, yo toco lo que haga falta... hasta LA PÍCARA ENFERMERA... digo LA PÍCARA MOLINERA”.