LUCÍA Y EL SAXO - Capítulo 7

Lucía tiene un concierto con la Orquesta dentro de unos días. Es un concierto muy importante porque la orquesta invitada que viene en esta ocasión es de gran categoría y por eso han de estar a la altura de las circunstancias. Pero Lucía se había puesto enferma y sus amigas estaban preocupadas: “Lucía, ponte buena este fin de semana que tenemos que tocar un concierto en el Calzetín” / “Encarni, que no es en el Calzetín, que es en el Zacatín.” / “¿Y qué es lo que he dicho? ¡En el Calzetín...! ¿Y sabes que la orquesta invitada lleva ya unos días en la ciudad y están burlándose de nosotros en todas partes? Se creen superiores. Fíjate. Más de la mitad de los músicos que han venido con ellos son refuerzos. Llevan 30 por lo menos. Y dicen que están muy buenos, digo, que son muy buenos. Pero es que incluso se han enterado de que estás enferma y creen que no te atreves a tocar el Concierto de Aranjuez delante de ellos. Además, tenemos que estrenar LA PÍCARA COCINERA.” / “¡Que no se dice así, que es LA PÍCARA MOLINERA! Mira Encarni, yo no sé si voy a poder tocar en el concierto. Lo que sí sé es que si me quedo en mi casa me voy a poner peor solamente con pensar en que vosotros estáis tocando y yo no. Por lo que haré todo lo posible para ir. Pero no por lo que dicen esas personas, sino porque necesito ir a tocar con vosotros...” Lucía no llegó a recuperarse del todo pero pudo ir a tocar al concierto. Por lo menos se olvidó aquella mañana de que estaba enferma. Pero no os podéis imaginar lo que sucedió aquel día. Los músicos de la orquesta invitada estaban ya preparados en la plaza para tocar, pero al poco tiempo... ¡Oh Dios mío! ¿Por qué sonaba todo tan mal...? “¡Esperanza!, ¿Tú tuviste algo que ver en todo este lío? / “Pues me parece que sí... Es que resulta que no nos habían enviado el programa de lo que iban a tocar en el concierto y entonces yo le pregunté a uno de ellos que, por cierto, también tocaba el oboe, y me dijo que iban a tocar LA GALLINA TURULETA. Y claro, yo no caí en que se estaba burlando de mí y por eso en el programa de mano apareció ese título. Pero resulta que los músicos que habían venido a reforzarlos se creían que era cierto lo que ponía en el programa, y entonces, unos empezaron a tocar LA URRACA LADRONA y otros empezaron a tocar LA GALLINA TURULETA. Y ya viste el lío que se formó. Pero yo creo que ellos mismos se lo tenían merecido. ¡Es que hay que ser más serios, no crees!”