LUCÍA Y EL SAXO - Capítulo 18

Una de las muchas virtudes que tenía Lucía era la rapidez, no solamente por su virtuosismo musical cuando tocaba el saxo, sino por la facilidad que tenía para desplazarse de un lugar a otro. Y es que solo con hacer un pequeño chasquido con los dedos, podía conseguir llegar a cualquier sitio que le apeteciera en menos de un segundo. ¿Cómo lo hacía? Eso nunca lo sabremos. Pero estamos casi seguros de que los fabricantes de automóviles, trenes, barcos, aviones... aunque lo supieran, nunca lo utilizarían ya que sería la ruina de sus negocios. Por eso no era de extrañar que cuando Encarni la llamó por teléfono en una ocasión para pedirle que le echara una mano en una redacción que tenía que llevar al Conservatorio, Lucía ya estaba llamando a la puerta de su casa antes de que ella colgara: “¡Es increíble que hayas tardado tan poco tiempo en llegar a mi casa!” / “Lo increíble hubiera sido haber tardado un poco más. Porque cuando tú me has llamado yo estaba pasando muy cerca de aquí y no ha sido demasiado difícil llegar mientras hablábamos por teléfono... ¿Y a qué se debe tanta urgencia?” / “Es que necesito que me digas quién fue el autor de LA PICARA CAMIONERA.” / “Encarni, ¿Cuántas veces voy a decirte el título correcto?” / “¡Uy, qué despistada! Si es que hoy llevo un día... Fíjate que he ido a ensayar con María y me he traído su oboe sin darme cuenta y me he dejado mi casa en su flauta...” / “Querrás decir: mi flauta en su casa...” / “¡Pues yo no sabía que tú también tocabas la flauta! ¿Por qué no me lo habías dicho antes...?” / En ese momento llegó María con la flauta de Encarni: ”¿Pero eres tú de verdad?“ / “Pues claro... ¡En carni y hueso! O si lo prefieres: ¡Yo, yo misma y Encarni!” / ”¿Se puede saber donde está mi oboe?“ / “¿Pues dónde va a estar? En el lugar donde tendría que estar mi flauta...” / “Vuestros diálogos son mejores que en las películas.” / ”¿Y cómo está Re sostenido?“ / “¡Ah, muy bien! Se ha recuperado perfectamente. Pero ahora La bemol ha enfermado y Mi natural me ha mordido esta tarde...” / “¡Pero de qué estáis hablando vosotras dos...!” / ”¿Pero es que no lo sabes? Resulta que Encarni tiene una cría de perros y les ha puesto a todos, nombres de notas musicales.“ / “¡Y ya he completado la escala cromática!” / “¿Y los perros cantan?” / “Pues todavía no. Pero cuando sean un poquico más grandes les voy a enseñar a cantar por lo menos EL CONCIERTO DE ARANJUEZ y LA PÍCARA TORTI...” / “¡Encarni! ¡Por favor, no te pases!”